Con flores, una banda con música autóctona de Colombia y carteles felicitando su presea de plata en los Juegos Olímpicos fue recibida en la tarde de este lunes en el aeropuerto José María Córdova la pesista Mari Leivis Sánchez.
Toda una comitiva de deportistas, familiares y amigos celebraron su llegada a suelo paisa.
“Nada es imposible, si para Dios nada es imposible, para uno tampoco. Creo que es importante confiar mucho en Dios, en sus promesas, que eso es lo que más a uno le da como esa confianza, esa seguridad de poder conseguir lo que uno de verdad se propone en la vida”, dijo desde la terminal aérea en Rionegro, antes de seguir su travesía hasta Turbo, su tierra.
“Bienvenida, Mari Leivis, eres nuestro orgullo paisa”, “Mari, cada paso que diste te llevó a este momento. Disfruta tu victoria, te lo has ganado”, “Eres un ejemplo de que con determinación y esfuerzo, todo es posible. Sigue inspirando a otros con tu historia”, se leían en los carteles que portaban deportistas con uniformes alusivos a Antioquia que le dieron la bienvenida.
Tras cuatro meses, la deportista pudo volver a abrazar a su hijo, uno de sus mayores deseos tal y como se lo contó a Blu Radio justo después de ganar la medalla.
“Estar lejos de mi hijo fue el momento más difícil, cuatro meses prácticamente que estuve lejos de él y anhelando abrazarlo y no fue fácil porque en algunos momentos quería como rendirme y devolverme a Colombia pero decía ‘vamos pa adelante’ porque esto es lo que yo quiero y quiero un futuro para mi niño y así fue”, explicó Mari Sánchez tras estar en el podio en París.
Finalmente, como lo expresó en su momento, su deseo es llegar a Turbo para celebrar con sus familiares este logro, tras levantar 257 kilogramos en total, 112 en el arranque y 145 en el envión.
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