
Así fue la visita del papa Francisco a Medellín: oró, pidió por Colombia y hasta bromeó
En su paso por Medellín, hace casi 8 años, el papa Francisco se puso sombrero y carriel, habló de los flagelos a los niños y hasta tuvo momentos para bromear.

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La llegada del papa Francisco a Medellín hizo que la ciudad se paralizara el 9 de septiembre de 2017 y es que, luego de visitar la ciudad de Villavicencio, el sumo pontífice tuvo un día lleno de compromisos en la capital de Antioquia.
Aunque se tenía previsto que Francisco llegara en helicóptero al aeropuerto Olaya Herrera para realizar una misa campal, las lluvias retrasaron el evento.
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Tras una hora de espera y luego de que el papa llegara en carro, este fue recibido con los tradicionales sombrero y carriel que no dudó en ponérselos para una imagen para la historia.
Sobre la misa, que contó con la presencia de más de un millón de personas, se realizó con algunos mensajes directos a los sacerdotes como, por ejemplo, “volver a lo esencial, renovarse e involucrarse”. Este fue uno de los últimos mensajes que dio Francisco durante la eucaristía en Medellín.
"He venido hasta aquí justamente para confirmarlos en la fe y en la esperanza del evangelio. Manténganse firmes y libres en Cristo, firmes y libres en Cristo, porque toda firmeza en Cristo nos da libertad", destacó.
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Luego de la misa multitudinaria, el sumo pontífice se dirigió al barrio Boston, en donde el Hogar San José lo esperaba con más de 300 menores de edad, entre ellos, una pequeña que sobrevivió a una masacre en el municipio de San Carlos y que tuvo la oportunidad de hablarle durante algunos minutos al papa.
"Solo sobrevivimos 10 niños y mi tía. Hoy tengo 13 años y con alegría puedo contar que soy una niña feliz", dijo.
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Fueron estas palabras las que conmovieron a Francisco quien en un sentido discurso le dedicó algunos mensajes a la menor, pero también aprovechó para llamar la atención sobre la situación de los niños y niñas de Colombia, en especial aquellos víctimas de diferentes flagelos.
"Ver sufrir a los niños hace mal al alma, no podemos aceptar que se los maltrate, que se les impida el derecho a vivir su niñez con serenidad y alegría", expresó.
Una vez se acabaron los homenajes en el Centro de la capital de Antioquia, el papa Francisco llegó en vehículo hasta el Centro de Eventos La Macarena en donde lo esperaban sacerdotes, monjas y seminaristas, que en conjunto a sus familias vivieron un momento que causó la risa hasta el propio Pontífice cuando fuera de los protocolos saludó a los antioqueños.
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"Queridos hermanos obispos, queridos sacerdotes consagrados, consagradas, seminaristas, queridas familias. Queridos paisas...(risas y aplausos)", manifestó.
Incluso, Francisco, luego de varios minutos de predicar, aseguró entre risas que iba a cortar su discurso para no aburrir a los presentes que le respondieron al Papa con risas. Minutos después el Sumo Pontífice dejó un mensaje que aún hoy, ocho años después, siga retumbando entre los colombianos.
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"El señor ha puesto su mirada sobre Colombia. Ustedes son signos de ese amor de predilección. Nos toca ahora ofrecer todo nuestro amor y servicio y ser promesa de un nuevo inicio para Colombia, que deja atrás diluvios, diluvios de desencuentros y de violencia", insistió.
Tras finalizar el encuentro en La Macarena, el papa Francisco se montó en el vehículo oficial de El Vaticano y se dirigió al aeropuerto Olaya Herrera en donde fue despedido por el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez.
Una vez terminaron los actos protocolarios, Francisco se subió en un helicóptero, sobrevoló la ciudad y desapareció en medio de las montañas antioqueñas.