Tengamos una actitud positiva con los migrantes venezolanos y salgamos adelante todos juntos

Acabo de terminar de leer el libro de Melba Escobar “Cuando éramos felices, pero no lo sabíamos” para tratar de entender la realidad qué hace que más de 1.700.000 venezolanos hayan migrado a Colombia. Muchos de ellos han encontrado espacios dignos en donde continuar sus proyectos de vida, otros desde el rebusque en las calles de nuestras ciudades, tratan de abrirse un espacio para subsistir.Creo que todos hemos escuchado varios tipos de historias: las de superación que nos sacan lágrimas, las de participación en hechos delictivos que nos enfurecen, las de gente trabajadora y estudiada que nos contribuyen a ser mejor sociedad.Todo indica que seguirán llegando más hermanos del país vecino, así lo prevé Jozef Merkx, representante de Acnur en Colombia, quien dijo: "Vamos a ver un flujo continuo de más personas que están huyendo de la crisis humanitaria, política y económica de Venezuela". No podemos soslayar esta realidad y tenemos que enfrentarla con la mejor actitud, sin manifestaciones xenofóbicas.Por eso, me gusta el proyecto “Ciudad integradora, desarrollo urbano y cultura para un país de acogida”, que busca incentivar la integración de la población migrante en varias de nuestras ciudades. Esta iniciativa tendrá una inversión de $13,5 millones de euros, destinados en su mayoría por la Unión Europea, el Fondo Coreano de Alianza para el Conocimiento en Tecnología e Innovación, el trabajo articulado del Ministerio de Cultura junto al de Vivienda, la organización encargada de liderar la cooperación en el país, APC Colombia y la Gerencia para la Frontera y la Migración desde Venezuela; y se realizará en Cúcuta -incluyendo Villa del Rosario-, Maicao, Riohacha, Rionegro, Medellín y Barranquilla.El proyecto busca facilitar el a vivienda para migrantes venezolanos y población de acogida, la promoción de oportunidades de integración económica, así como robustecer la capacidad de las instituciones locales para la atención de ciudadanos extranjeros y las comunidades receptoras.Con estos esfuerzos, es necesario hacer de esta realidad una oportunidad para crecer como sociedad. La migración puede ocasionar dinamismo económico en las naciones, al brindarles la oportunidad de desarrollar más y mejor capital humano, ya que se enriquece y diversifica la mano de obra y se generan incentivos para la competencia; pero también ella puede contribuir al bono demográfico, porque normalmente los que migran están en edad productiva. Valoro estos esfuerzos del Gobierno, y sin dudarlo, invito a tener una actitud positiva para que juntos podemos salir adelante.Escuche la reflexión y el análisis de Alberto Linero en Mañanas BLU: