La procrastinación se vence con la disciplina; hay que hacer las cosas cuando se debe

Ayer constantemente escuchaba decir que los colombianos dejamos todo para el final, aludiendo a esa actitud nuestra de procrastinar constantemente, que nos lleva a sufrir un gran estrés y hace más compleja cualquier situación que a tiempo pudiera ser sencilla de realizar. Y no estoy seguro si sea solo una cosa de los colombianos o de los seres humanos en general, que, frente a una tarea, tienen la tentación de dejarla para más tarde, haciendo que se convierta en una gran bola de nieve que termina provocando muchos problemas.Hoy sabemos que se trata de uno de los principales problemas que afecta la vida laboral, pero también la vida personal, porque al no ser capaces de hacer las cosas en el momento en el que deben hacerse, se terminan dejando los proyectos personales para después. No hay que olvidar que “después puede ser nunca”.Se procrastina por muchas razones, ya sea por el estrés que ocasiona la tarea que se debe realizar, o el aburrimiento que esta produce, pero quizá la principal causa tiene que ver con el mal manejo del tiempo. Quien no sabe manejar bien su tiempo, se condena a no alcanzar lo que se propone.La procrastinación se vence con la disciplina, la cual no es otra cosa que hacer las cosas en el momento en el que deben hacerse y con la mejor actitud posible. Ser disciplinados permite organizar la vida de la manera adecuada, y evita que esas tareas que en ocasiones son engorrosas, se conviertan en una piedra de tropiezo para la propia realización.Nos malacostumbraron con esa idea de “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”. Vencer la procrastinación es darle la vuelta a ese refrán y entender que, si se puede hacer hoy, pues es mejor hacerlo, y así se podrá disfrutar más el mañana. Es importante priorizar y dejar claro qué es lo urgente y lo necesario, tener un listado de las actividades a realizar y poner todo de sí para poder cumplir. Sé que los colombianos podemos vencer la tentación de dejar todo para último momento.Aquí la opinión de Alberto Linero: