La importancia de reconectarnos con la naturaleza

Estoy frente al río Guaviare, justo en el lugar donde el río Guayabal se une con el Ariari. Desde este gran puente, que conecta los departamentos del Meta y del Guaviare, contemplo el atardecer. Es un río inmenso, pero los amigos que están conmigo comentan que no ha llovido lo suficiente y, por eso, han surgido algunas playas, señal de la escasez de agua. Uno de ellos menciona que el clima ha cambiado mucho. Al escucharlo, no puedo evitar pensar en que una de las consecuencias de la ratio moderna ha sido tratar a la naturaleza como un objeto de estudio. Esto ha generado grandes avances y conocimientos, pero también ha promovido una actitud de dominación, utilizándola como un simple recurso. Nos hemos convertido en sus explotadores, y ya conocemos las consecuencias de ello.También sospecho que gran parte de la pérdida de bienestar emocional que sufrimos hoy en día proviene de habernos alejado de la naturaleza, de olvidar que formamos parte de ella. Somos un sistema, y para vivir en armonía interior, necesitamos reconectarnos con este hogar que habitamos y que también somos.Por eso valoro tanto el turismo ecológico. Siempre que puedo, recorro nuestros parques naturales, buscando conectarme con la biodiversidad que allí desborda los sentidos. En esta ocasión, visité la serranía de la Lindosa, donde pude contemplar los distintos tonos de rojo del caño Sabana. Aprendo el rol de la palma de Moriche o "Aguaje" que recolecta y proveen agua conservando así el ecosistema. Pido a las personas que nos acompañan que hagamos silencio, y dirijo una meditación enfocada en agudizar el oído y ser conscientes de los sonidos de la naturaleza: el murmullo del agua, el canto de los pájaros, las plantas que se mueven con la brisa suave. Hago esto porque estoy convencido de que, al conectar con la naturaleza, gestionamos mejor cada una de nuestras dimensiones.Cuando terminamos esa experiencia de senderismo quedo con la certeza que, si logramos entender que una manera de cuidarnos es cuidar la casa común, y allí hay fuente de bienestar.