
Crónica de una multitudinaria marcha que pintó de blanco las calles de Bogotá
Con flores blancas, muchos con sus rostros pintados con la palabra paz, los bogotanos se unieron en una sola voz clamando paz.

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Unidos en una sola voz, con flores blancas, muchos con sus rostros pintados con la palabra paz; otros cargando flores con el color de la esperanza. Una fiesta total de la paz bailada al son de música parrandera, carrilera, andina. Otros tantos gritaban arengas en favor de la paz, riendo y claro, no faltaba el curioso merodeando por entre los miles de asistentes a la Plaza de Bolívar. Así se desarrolló la multitudinaria marcha que convocó a indígenas, que llegaron en miles, estudiantes, afros... en sí la gran mayoría víctimas del conflicto armado.
“Las víctimas del conflicto nos volcamos a las calles hoy. Víctimas que no vimos la guerra por la televisión, sino que la vivimos en carne propia y que pusimos los muertos de esta guerra”, dijo una mujer quien desde hace más de 20 años busca los restos de su hijo desaparecido, según ella, por el Ejército.
En una transmisión ininterrumpida, que ustedes pueden consultar en nuestras redes sociales, también hablamos con esposas… viudas se hacían llamar ellas, que aún conservan la esperanza de que a sus esposos militares condenados los acoja la justicia transicional negociada en el acuerdo de paz.
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“Queremos que a todos nos escuchen y como nuestros esposos no pueden ser escuchados, queremos hablar en voz de ellos”, agregó una de las asistentes.
Y cómo no, también estuvieron presentes estudiantes vestidos con el uniforme del que es para muchos la mejor época de la vida, el colegio.
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“La vez pasada vine con el grupo de estudiantes y siento la misma emoción que en la primera”, dijo Natalia, estudiante de noveno grado.
La de la semana pasada fue otra gran marcha, pero la diferencia con la de ayer fue que esa estuvo promovida por estudiantes y sobre todo por comunidades indígenas. Y claro, con más tiempo de organización, más presencia de sectores políticos.
“Esa marcha está llena de un simbolismo extraordinario, porque ustedes saben que queremos que este proceso continúe”, dijo el presidente Juan Manuel Santos.
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“Estoy muy contenta. Esto es un nido de gentes extraordinariamente comprometido. Con estas movilizaciones no me queda la menor duda de que vamos a conmover a los dirigentes de este país”.
En fin, fue una multitudinaria marcha cantaba por la paz y vestida con los colores que muchos llamaron los de la esperanza, porque estaban literal casi todos los pueblos, haciéndole eco al día de la raza que se celebró ayer.
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¡Ah!, y por supuesto con olor a incienso que en algunas comunidades indígenas se usa para purificar el ambiente… ¡y el alma!
“Estoy muy contenta. Esto es un nido de gentes extraordinariamente comprometido. Con estas movilizaciones no me queda la menor duda de que vamos a conmover a los dirigentes de este país”, agregó al ministra de Trabajo, Clara López.