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El ministro de educación, Alejandro Gaviria, desde Nueva York, en entrevista exclusiva con Blu Radio, mostró su preocupación por el estado de rezago que tiene el sistema educativo del país.
Además de ese informe que tiene el ministro en su despacho, pero que aún es desconocido, las cifras lo respaldan. Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo ha dado a conocer que en 2021 477.157 estudiantes dejaron de asistir a clase, un aumento del 43 % en la deserción escolar respecto al 2020.
Asimismo, organizaciones como Save the Children Colombia aseguran que durante la pandemia 1,5 millones de niños dejaron de estudiar y las pruebas Saber de 2021 obtuvieron los resultados más bajos de los últimos siete años.
Por su parte, expertos como la codirectora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, Luz Karime Abadía, aseguran que incluso antes de la pandemia, al comparar a Colombia con otros países en pruebas internacionales como las Pruebas PISA, el país ocupa los últimos lugares en desempeño académico en matemáticas, ciencias y lectura.
“Sin duda la pandemia va a generar unos rezagos y está generando unos rezagos en aprendizajes aún más grandes de los que ya teníamos. El cierre de los colegios durante casi dos años, sin ninguna preparación, especialmente para aquellos estudiantes de colegios oficiales, sin a herramientas tecnológicas, sin unos buenos métodos y preparación para enfrentar unas clases remotas, hicieron que los alumnos tengan unas falencias muy grandes”, aseguró.
Los estudios realizados por el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana también dan cuenta de las brechas educativas. Los colegios oficiales son los más desfavorecidos con siete puntos en contra.
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“Aquellos estudiantes que estuvieron expuestos a la a la pandemia puntuaron mucho menos en las pruebas saber 11 y esto tiene efectos muy grandes en el futuro de la vida de estos jóvenes y del país”, recalcó Abadía.
Y los retrasos también están segmentados en los niños que están en los grados inferiores y que tienen muchas más desventajas que sus compañeros de cursos superiores. Por un lado: “Ellos no pueden ser cuidados y desarrollar habilidades por medio un computador. Eso es imposible por su edad y por el tipo de metodologías que requieren para su edad”.
Y por el otro debido a que en esos grados: “Es donde se ve la caída más grande, en la deserción de estudiantes”.
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La conclusión es muy diciente: “Estamos en deuda todavía con los estudiantes. El desempeño académico sí se puede revertir”.
Sin embargo, y según Abadía, aún falta una política pública clara y contundente para enfrentar este flagelo: “Desafortunadamente hasta ahora no le he escuchado al ministro ni a este Gobierno ninguna estrategia para nivelar estos aprendizajes”.
El tiempo para volver a los índices prepandemia por ahora es incierto, pero lo que aseguran los expertos es que hay que apuntar a la nivelación de las instituciones públicas, que son las más afectadas, usar las herramientas tecnológicas, pero garantizando la conectividad y sobre todo llevar la educación a las regiones y las zonas rurales del país.
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