
Disparar el flash de una cámara y no un arma: la estrategia para sacar niños de la guerra en Medellín
Human Mark construye ciudad a través del lente y cambia un arma letal por una más poderosa: una cámara que inmortaliza los barrios de Medellín.

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No importa el ángulo… No importa el enfoque… Lo importante es el fotógrafo. Human Mark es una organización social que en Medellín cambia armas y balas por fotografías y cámaras.
Ana María Gallego es una de las fundadoras de la organización que hoy está presente en 13 comunas de Medellín.
“Un chico que toma antes una cámara, que decide obturar una cámara, no va a disparar un arma. Es una convicción. Traer el arte a los barrios y mostrar el otro camino, construir desde la fotografía una mejor realidad”, asegura.
Son niños y jóvenes, que son presa fácil para los llamados combos, los que terminan empuñando una cámara para mostrar su comuna. Son esos pequeños los que reflejan la realidad de cada barrio.
Otro de los fundadores es David López Valencia, quien asegura que “el efecto de la fotografía como arma de paz es viral. Uno sacas un aerosol para un graffiti y es impresiónate lo que despierta en los territorios, pero tú sacas una cámara y el efecto es viral: son dos niños y en minutos son decenas que quieren mirar la vida desde otro plano”.
David tiene claro que son los que habitan la comuna los que están facultados para retratarla. “Solamente ellos se conocen su territorio: la esquila, la parte positiva, a quienes se les puede tomar fotos y a quienes no. Ya la parte técnica se enseña con el tiempo y la dedicación, con muchos días obturando la cámara”.
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Human Mark construye ciudad a través del lente y cambia un arma letal por una más poderosa: una cámara que inmortaliza los barrios de Medellín.