
Así viven soldados en una trinchera en El Plateado; Los Informantes mostró la guerra sin tregua
Un equipo periodístico de Los Informantes entró hasta las trincheras de la guerra que se vive en una de las zonas más violentas del país.

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El corregimiento de El Plateado, ubicado en el Cañón del Micay, Cauca, es el epicentro de una "guerra sin tregua" que desangra esta región colombiana, así lo registró un equipo de Los Informantes que llegó hasta ese lugar.
Considerado por las autoridades como el "Wall Street de las economías ilegales", este punto estratégico es codiciado por ser un corredor clave para el narcotráfico y la minería ilegal, actividades que generan rentas millonarias para los grupos armados ilegales que operan en la zona.
Un equipo periodístico acompañó al Ejército Nacional, que ha desplegado a más de 1.500 hombres en uno de los territorios "más calientes" de Colombia, revelando la arriesgada cotidianidad de los soldados que resisten desde sus trincheras.
La disputa por el control de El Plateado enfrenta a las disidencias al mando de Iván Mordisco (estructuras Carlos Patiño y Jaime Martínez), la estructura Diomer Cortés de la Segunda Marquetalia, y el frente José María Becerra del ELN contra el Ejército Nacional.
La ubicación estratégica del corregimiento, a solo 90 kilómetros del océano Pacífico, lo convierte en una ruta esencial para el tráfico de cocaína, oro y otros minerales.
El poder económico de estas actividades es inmenso: solo la minería ilegal podría reportar unos 30 mil millones de pesos mensuales en ganancias por extracción de oro, y el Cañón del Micay concentra el 75% de las 25.000 hectáreas de cultivos de coca del Cauca.
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Estas "economías ilícitas desbordadas" son la financiación que perpetúa la guerra, haciendo que el control total del área sea un desafío, incluso si el Ejército ha logrado recuperar el 70% del control en el Cañón del Micay.
La vida para los soldados en las trincheras es un riesgo constante. El miedo es una sombra permanente. "No hay momento para el descanso", pues los ataques pueden llegar "de día como de noche".
Las trincheras, descritas como "huecos en la tierra reforzados con sacos de arena y techos de madera", son el único refugio seguro contra las explosiones, aunque carecen de agua y energía eléctrica. Los soldados duermen sobre la tierra con "una pequeña colchoneta", siempre en estado de "alerta".
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El soldado Marco Antonio Méndez, con 14 años de servicio, describe El Plateado como el lugar "más difícil" en el que le ha tocado estar. Atribuye esto a la "evolución" de los grupos armados, que son ahora "más expertos en el manejo de explosivos".
Además de balas y explosiones, enfrentan el peligro de plagas y animales venenosos. La amenaza de los drones es particularmente grave; "un dron significa peligro, muerte".
El soldado Méndez llegó a El Plateado el 12 de octubre de 2024, el mismo día en que el Ejército tomó el corregimiento en la Operación Perseo, describiendo esa jornada como "el infierno", con disparos desde todos lados y la amenaza constante de pisar una mina; "se encontraron más de 100 minas" en la zona.
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