No hay condiciones económicas ni demográficas en EEUU para competir: AMDA sobre aranceles

La industria automotriz mundial enfrenta un nuevo desafío tras el anuncio de aranceles por parte del presidente Donald Trump. Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, habló en Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, sobre las implicadciones de que todos los vehículos fabricados fuera de los Estados Unidos estarán sujetos a un arancel del 25 % a partir del 2 de abril. Sin embargo, las autopartes producidas en México y Canadá estarán exentas, lo que podría cambiar la dinámica del comercio automotriz en la región.Desde el 12 de marzo, uno de los aranceles impuestos afecta otorgando un 25 % al aluminio y acero importados, una decisión que busca proteger a la industria estadounidense, pero que impacta los costos de producción en México. Rosales resaltó que esta medida ha creado un entorno de incertidumbre para los fabricantes mexicanos, quienes dependen en gran medida del mercado estadounidense.El presidente menciona que el 65 % de los vehículos en América del norte son fabricados en EE.UU., mientras que un 28 % corresponde a México, lo que indica una integración regional que podría verse amenazada. Pero, ¿cuál es la reacción de la industria ante estas disposiciones?Según Rosales, la organización de la industria automotriz a nivel global está interconectada. Pensar que las marcas trasladarán su producción a EE.UU. está equivocado. Resalta que el tiempo necesario para establecer una nueva planta es de al menos cuatro años, donde factores económicos y demográficos juegan un papel crucial en la competitividad.Además, apunta que las empresas automotrices ya están presentes en casi 100 países, haciendo que la diversificación del mercado sea esencial en la estrategia de negocio. La adaptación a estos cambios es fundamental, pero no se logra de un día para otro.Por otro lado, se discutió también la relación entre la presidente de México, Claudia Sheinbaum, y la istración de Trump. A diferencia de la relación con líderes de Europa o Rusia, Sheinbaum ha logrado mantener un diálogo constructivo. Rosales concluyó que enfrentar estos retos implica una colaboración constante entre el sector público y privado, así como la necesidad de renegociar tratados comerciales como el T-MEC para asegurar un equilibrio justo entre las naciones involucradas.En este contexto de cambios abruptos y presiones externas, el futuro de la industria automotriz en México dependerá de la capacidad de adaptación y la claridad en las políticas comerciales.