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La violencia contra los niños en Colombia es una sombra que sigue causando estragos en la sociedad y dejando a su paso historias dolorosas y desgarradoras. Dos casos recientes que conmocionaron al país son los de Sofía Delgado, de 12 años, y Alexis Delgado, de solo 2 años. Ambos niños, a pesar de no tener parentesco directo más allá de compartir el mismo apellido, fueron víctimas de crímenes atroces que reflejan una triste realidad: la niñez continúa siendo vulnerada y desprotegida en muchas regiones del país.
Sofía Delgado Zúñiga, una niña de 12 años, fue vista por última vez el 25 de septiembre de 2024 en el municipio de Candelaria, al suroeste de Colombia. Ese día,Sofía salió de su hogar en Villagorgona, un corregimiento de este municipio, con un propósito inocente: comprar champú para su mascota. Sin embargo, lo que debía ser una simple tarea cotidiana se transformó en el inicio de una pesadilla para su familia y la comunidad entera.
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La búsqueda de Sofía movilizó a familiares, amigos, vecinos y autoridades locales. Las redes sociales también se hicieron eco del caso, con llamados urgentes para encontrar a la niña. Lamentablemente, cuatro días después, el 29 de septiembre, su cuerpo fue hallado en un cañaduzal. La noticia de su feminicidio sacudió a la población.
El culpable de este crimen, Brayan Campo, fue capturado y más tarde confesó haberla asesinado. Según las autoridades, Campo, quien ya tenía antecedentes por abuso sexual, golpeó a Sofía con un objeto contundente y luego la retuvo en un local comercial.
Durante la audiencia de imputación de cargos, Campo itió su culpabilidad no solo en el feminicidio agravado, sino también en los delitos de secuestro simple agravado, tentativa de secuestro y ocultamiento de pruebas. Estos crímenes, cometidos por un hombre con antecedentes penales, han reabierto un debate nacional sobre la necesidad de endurecer las penas para quienes atentan contra la vida de los menores.
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En respuesta a esta tragedia, las autoridades locales han prometido reforzar las medidas de protección para los menores en la región, aunque para la familia de Sofía, como para muchas otras, estas promesas llegan demasiado tarde. La historia de Sofía es solo una más de las muchas que ilustran los desafíos a los que se enfrentan miles de niños en Colombia.
Apenas unos días después del hallazgo del cuerpo de Sofía, otro caso sacudió al país: el de Alexis Delgado, un niño de solo 2 años que fue encontrado sin vida en el departamento de Cundinamarca. Alexis desapareció el 19 de octubre en San Cayetano, un pequeño municipio en la región central de Colombia, mientras estaba bajo la custodia de su tía.
Según las investigaciones iniciales, el esposo de la tía, quien se encontraba en estado de embriaguez, llevó al niño a una zona rural montado a caballo. En el transcurso del trayecto, el hombre dejó caer al niño en varias ocasiones, provocándole heridas que le causarían la muerte. Ante la gravedad de la situación, en lugar de buscar ayuda médica, el hombre decidió enterrar el cuerpo de Alexis en el lugar de los hechos. Las autoridades fueron guiadas posteriormente por él mismo hasta el sitio donde yacía el cuerpo del pequeño.
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Este incidente no solo ha generado dolor entre los familiares de Alexis, sino que ha reavivado el debate sobre la negligencia y la responsabilidad en el cuidado de los menores.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, expresó su pesar por lo sucedido y aseguró que se investigará a fondo para determinar si hubo más personas implicadas o si hubo negligencia al no llevar al niño a un centro médico después de las caídas. El caso de Alexis también pone sobre la mesa la necesidad de mayores controles sobre el consumo de alcohol en personas responsables del cuidado de menores.
Las historias de Sofía y Alexis Delgado son solo dos ejemplos de una realidad más amplia y devastadora. En Colombia, la violencia contra los menores de edad sigue siendo una problemática alarmante. Según cifras oficiales, cada año se reportan miles de casos de violencia intrafamiliar, abusos sexuales y homicidios en los que los niños son las principales víctimas.
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Los casos de estos dos niños han provocado un profundo debate en la sociedad colombiana sobre la necesidad de implementar políticas más estrictas que garanticen la seguridad de los menores. Además, han puesto en evidencia las falencias en los sistemas de protección infantil y la falta de apoyo a las familias en situaciones de riesgo.
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