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En un informe histórico, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)confirmó la identidad de dos de las cuatro víctimas cuyos restos fueron hallados en La Escombrera, ubicada en la Comuna 13 de Medellín. Este dictamen, basado en estudios de Medicina Legal, representa el primer reporte oficial con respaldo forense sobre personas desaparecidas en este sitio, que ha sido señalado como un cementerio clandestino de grupos armados.
Las víctimas identificadas corresponden a una joven líder social de 20 años y a un vendedor ambulante de 28 años, quien padecía epilepsia. Ambos fueron asesinados en 2002, aunque sus fechas de desaparición no coinciden con la Operación Orión, que tuvo lugar en octubre de ese mismo año.
"Lo que hemos establecido es que estas personas fueron víctimas de desaparición y homicidio en un contexto de violencia donde operaban tanto la fuerza pública como grupos paramilitares", señaló el magistrado Gustavo Adolfo Salazar, quien lidera este proceso en la JEP.
Según la investigación, existen pruebas contundentes de que La Escombrera operaba como una base paramilitar en 2002.
"Una sentencia de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Medellín del año 2015 confirmó que esta zona era utilizada para ejecuciones e inhumaciones por parte de grupos paramilitares", explicó Salazar.
Múltiples versiones de excombatientes, incluyendo jefes paramilitares como Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna', han señalado que en La Escombrera se enterraron cientos de víctimas.
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"Los testimonios coinciden en que esta zona era un corredor de desapariciones y ejecuciones que afectó no solo a la Comuna 13, sino también a otras comunas de Medellín", afirmó el magistrado.
El informe de la JEP no solo se centra en la Operación Orión, sino en un contexto más amplio de violencia en la Comuna 13 entre 2001 y 2003, periodo en el que se llevaron a cabo 34 operaciones militares.
"La Operación Orión es solo una de muchas intervenciones que se realizaron en la zona. Nuestro enfoque es determinar crímenes en los que pudo haber colaboración entre la fuerza pública y grupos paramilitares", aclaró Salazar.
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Sobre la responsabilidad directa en estos asesinatos, el magistrado explicó que si bien la certeza absoluta aún no se ha establecido, las pruebas indican que los paramilitares estuvieron involucrados.
"Los cuerpos fueron encontrados en un lugar controlado por estos grupos, lo que fortalece la hipótesis de su responsabilidad", añadió.
La JEP continúa con la recopilación de testimonios y pruebas para esclarecer el alcance de estos crímenes y la posible responsabilidad de diferentes actores armados.
"Esperamos que, para finales de año, la investigación tenga avances significativos en la identificación de más víctimas y en el establecimiento de responsabilidades", aseguró el magistrado Salazar.
Mientras tanto, la JEP hizo un llamado a familiares de desaparecidos en la Comuna 13 y otras zonas de Medellín para que suministren información y pruebas de ADN que permitan identificar más restos encontrados en La Escombrera.
Esta es una deuda histórica con las víctimas y sus familias, y seguiremos trabajando para darles respuestas
La JEP informó que logró la identificación de dos víctimas de desaparición forzada halladas en La Escombrera, un conocido vertedero de escombros en Medellín, Colombia.
Las víctimas son una mujer de 20 años, coordinadora de un grupo juvenil deportivo, y un hombre de 28 años que era vendedor ambulante y tenía una discapacidad. Ambos provenían de sectores populares y pertenecían a una población vulnerable con aspiraciones de vida126.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha declarado que ninguna de las víctimas tenía antecedentes penales ni registros en archivos de inteligencia, lo que subraya su inocencia en el contexto del conflicto armado colombiano. Los restos fueron recuperados el 18 de diciembre de 2024 durante excavaciones realizadas por la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD)36.
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La investigación revela que la joven desapareció el 30 de julio de 2002, cuando fue secuestrada por del Bloque Cacique Nutibara, un grupo paramilitar. La última comunicación que tuvo con su madre fue al día siguiente, cuando informó que había recibido órdenes de desplazarse. Posteriormente, fue asesinada y enterrada en La Escombrera.
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