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El reciente anuncio sobre la posible importación de gas en Colombia ha suscitado múltiples preguntas sobre el abastecimiento y la soberanía energética del país. En entrevista con Mañanas Blu, con Néstor Morales, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, aclaró varios puntos clave respecto a la situación actual del suministro de gas, los mecanismos de importación y las proyecciones a futuro.
El ministro Camacho explicó que Colombia cuenta con infraestructura para importar gas desde 2016, principalmente para suplir la demanda de plantas térmicas. Sin embargo, señaló que la reciente habilitación para importar hasta el 3,8% de la demanda nacional no implica que este gas vaya a ser utilizado de inmediato.
“Hemos habilitado otros mecanismos que flexibilizan el comercio de gas en el país, lo que permitirá cubrir la demanda nacional con producción local en la mayoría de los casos”, afirmó.
Camacho subrayó que la importación es una medida de contingencia destinada a garantizar la confiabilidad del sistema energético.
“Es un recurso estratégico en caso de que haya un incremento inesperado en la demanda o una reducción en la producción nacional”, agregó.
Una de las mayores preocupaciones de los colombianos es el impacto de esta medida en las tarifas. El ministro aseguró que no se prevé un aumento significativo, ya que la prioridad es cubrir la demanda con gas nacional. Además, destacó que los contratos actuales permiten ajustar los excedentes de producción para evitar sobrecostos.
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“El objetivo es mantener la cobertura con producción nacional y utilizar las importaciones solo como respaldo”, enfatizó.
Origen del gas y su almacenamiento
El gas importado, según explicó el ministro, proviene de mercados internacionales como el Golfo de México y es gestionado a través de la planta regasificadora del Caribe (SPEC) en Cartagena. Sin embargo, aclaró que el gas no se almacena, sino que se inyecta directamente al sistema interconectado cuando es necesario.
"El gas es volátil y se mantiene en flujo permanente; la infraestructura permite su uso inmediato cuando se requiere”, explicó.
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A pesar de la posible necesidad de importaciones, el ministro destacó avances significativos en la exploración y producción de gas. “Este año hemos logrado 17 hallazgos de gas, lo que demuestra que seguimos trabajando para garantizar la soberanía energética del país”, indicó.
Camacho también abordó el tema de la transición energética, señalando que el gas, aunque es un recurso no renovable, seguirá jugando un papel crucial en los próximos años mientras se implementan fuentes de energía renovable.
“Estamos gestionando la demanda de manera estratégica para avanzar hacia una matriz energética más sostenible”, comentó.
En cuanto a la reciente protesta que afectó la planta de Gibraltar, en Norte de Santander, el ministro confirmó que ya se levantó el bloqueo y que la producción se ha reanudado. Esta planta es clave para abastecer a la refinería de Barrancabermeja, uno de los principales centros de distribución de gas en el país.
“Hemos resuelto la situación con un equipo de diálogo interministerial, y ya se está normalizando la operación”, informó.
De cara al 2025 y 2026, algunos cálculos estiman déficits de gas del 8% y 21% respectivamente, según cifras de la empresa TPL Gas. Ante este escenario, el ministro insistió en que el gobierno está tomando medidas para garantizar el abastecimiento. “Estamos implementando una gestión eficiente de la demanda y priorizando recursos renovables para reducir nuestra dependencia de combustibles no renovables”, aseguró.
Con estas medidas, el Ministerio de Minas y Energía busca equilibrar las necesidades energéticas actuales con los objetivos de sostenibilidad y confiabilidad del sistema energético colombiano.
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A pesar de las declaraciones del ministro, representantes de las empresas comercializadoras afirman lo contrario. Luis Fernández, presidente de TPL Gas, reveló que desde el 29 de noviembre Colombia ha recibido un cargamento de gas destinado a s distintos al sector térmico, incluyendo hogares, industrias y vehículos.
De acuerdo con Fernández, el primer cargamento, equivalente a 40 millones de pies cúbicos por día, llegó desde Trinidad y Tobago y fue almacenado en la planta regasificadora SPEC en Cartagena.
“Este gas ya está siendo entregado diariamente según los contratos pactados y representa cerca del 4% de la demanda nacional”, afirmó.
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El presidente de TPL Gas explicó que esta importación busca diversificar las fuentes de gas para el consumo nacional y atender el balance energético, particularmente apretado para los años 2025 y 2026. Según sus declaraciones, de no haber llegado este gas importado, algunas regiones podrían haber enfrentado racionamiento.
"Si no se hubiesen importado estos 40 millones de pies cúbicos, el balance habría sido insuficiente para atender la demanda en ciertas zonas del país”, añadió.
Respecto al impacto económico, Fernández señaló que el costo del gas importado no generará un incremento significativo en las tarifas, ya que se diluye en el restante 96% del gas producido nacionalmente. A pesar de que el gas importado tiene un precio competitivo, el ejecutivo subrayó que siempre será preferible depender de la producción local.
“En abundancia, los precios locales son más competitivos. Pero cuando los balances son ajustados, los precios tienden a subir, lo que puede justificar la importación en momentos críticos”, explicó Fernández.
Las afirmaciones del presidente de TPL Gas contrastan con las declaraciones del ministro Camacho, quien ha insistido en que Colombia no está consumiendo gas importado en diciembre. Fernández, sin embargo, fue claro: “Esta primera importación está siendo entregada al mercado y a los s, como hogares, industrias y vehículos”.
Además, Fernández confirmó que el gas llegó a través de procesos de compra internacional, destacando que Trinidad y Tobago y el Golfo de México son las principales fuentes de importación debido a la ubicación estratégica de Colombia.
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Una parte significativa de este gas importado ya está siendo utilizada en sectores como el gas natural vehicular (GNV), y potencialmente podría llegar a hogares y comercios. Esto plantea interrogantes para los consumidores que buscan saber si el gas que utilizan proviene de fuentes locales o internacionales.
Sin embargo, los contratos relacionados con estas importaciones tienen cláusulas de confidencialidad que impiden revelar las empresas específicas que están comprando este gas.
“Estas empresas incluyen importantes distribuidoras que atienden el sector regulado, industrial y de vehículos”, afirmó Fernández, dejando abierta la posibilidad de que muchos colombianos ya estén utilizando gas importado sin saberlo.
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