El alcalde de Magüí Payán, Nariño, Alejandro Quiñones, le pidió con argumentos en manos algo Gobierno Nacional que su municipio sea sede de diálogos de paz con las disidencias de las Farc.El mandatario local aseguró que más de 3.000 personas de veredas sobre las riberas del río Patía, no han podido salir de sus casas desde hace ocho meses por cuenta de este grupo armado.
En diálogo con Blu Radio, Quiñones señaló que después de que las disidencias de las Farc expresaron su deseo del cese al fuego en la región, espera que la paz llegue al Pacífico colombiano con intervención de su municipio como sede para unos diálogos que den fin a la guerra.
“Que nuestro municipio se convierta en el primer laboratorio de paz para Nariño, en donde todos los grupos ilegales que hacen presencia en la región ya puedan dialogar y, de esta manera, la población pueda salir de su casa y regresar a sus veredas”, expresó.
Líderes de las organizaciones sociales, indígenas, víctimas, defensores de derechos humanos y alcaldes de la región del Telembi, en Nariño, apoyaron la petición del mandatario municipal, la cual se hizo en el marco de la celebración de las festividades de Jesús Nazareno, patrono de esta comunidad del pacifico Nariñense.
No obstante, los líderes de la región aseguran que para lograr la “paz total” que propone el Gobierno de Gustavo Petro, se debe apoyar la exploración del cese al fuego. Un tema que están proponiendo la columna móvil Urías Rondón y la Segunda Marquetalia.
Según el alcalde de Magüí Payán, el compromiso que tiene el Gobierno con esta región “es gigante”, pues han sufrido mucho a manos de una guerra, que, según él, no les corresponde.
Desde el año 2021, este municipio ha sufrido el desplazamiento forzado de más de 800 familias tras las escaladas de combates, entre las disidencias de las Farc, la Segunda Marquetalia, el ‘Frente 30’ y la comuna Urías Rondón, por el control territorial.
Quiñones mencionó que la presencia de estos grupos armados ha impedido que misiones médicas puedan cumplir con sus labores, pues aseguran tener miedo de entrar al territorio y, por ende, las comunidades están completamente confinadas.
Se espera que el Gobierno Nacional instale, lo más pronto posible, la mesa de negociación con estos grupos para evitar la guerra que hoy cobra la vida, según el alcalde, de campesinos inocentes que “no tienen nada que ver”.
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