El pasado 21 de marzo de 2021, un grupo de asaltantes ingresaron a la sede de la Conferencia Episcopalubicada en el barrio Vizcaya de la localidad de Barrios Unidos y se llevaron 90 millones de pesos en efectivo que se encontraban en las oficinas.
Luego de más de cuatro meses de investigaciones, las autoridades indicaron que son 10 las personas vinculadas con este asalto. Lo que más ha llamado la atención es que entre los detenidos y judicializados por estos estos hechos, están dos policías y dos funcionarios del CTI de la Fiscalía y de la Unidad Nacional de Protección - UNP.
Según el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía de Bogotá, los dos integrantes de la institución omitieron sus funciones al entregar información a los asaltantes sobre la ubicación de cámaras de seguridad y de vigilancia en la zona y hasta consiguieron un vehículo para ayudar en el transporte de los encargados de cometer el robo.
“Tenemos cuatro funcionarios públicos que han sido capturados y que favorecían el actuar criminal en este caso. Se identificaron 13 vehículos que fueron usados ya sea para la planeación o la ejecución del hecho criminal. La Fiscalía solicitó captura por el delito de hurto agravado y calificado. Además por secuestro simple por la retención de personas durante el asalto”, aseguró el General Camacho.
¿Y cuál fue el papel de los dos funcionarios del CTI y de la Unidad Nacional de Protección en este asalto? Según las autoridades, estuvieron en la Conferencia Episcopal y apoyaron las acciones para perpetrar el hurto. Pero además facilitaron el uso de dos vehículos institucionales de la Fiscalía y la UNP para huir del lugar con el dinero en efectivo robado de las oficinas.
“Se logra la captura de Alias el Paisano, quien es el cabecilla principal de esta banda de asaltantes. Se le imputará además el delito de hurto por otros hechos ocurridos con anterioridad”, explicó el comandante de la Policía de Bogotá.
Los investigadores de la Sijín que estuvieron al frente de este proceso de identificación e individualización de los ladrones, pudieron establecer que tras salir de la Conferencia Episcopal con el dinero hurtado, los asaltantes se trasladaron hasta el barrio San Francisco en el Sur de Bogotá, y allí se repartieron el botín. Los dos vehículos adscritos a la Fiscalía y a la Unidad Nacional de Protección fueron claves para evitar levantar sospechas durante el traslado del dinero y de los integrantes de la banda.
Todos los detenidos fueron judicializados por la Fiscalía, pero pese a la contundencia de las evidencias presentadas, un juez cobijó con detención domiciliaria a 9 de los detenidos y sólo uno con prisión en centro carcelario.
En los operativos de captura les fueron incautadas tres armas de fuego, abundante munición, cerca de 200 gramos de marihuana, una gorra de la Policía y dos identificaciones con las que se suplantaba a las autoridades.
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