En promedio, al día, más de mil migrantes procedentes de diferentes partes del mundo continúan llegando hasta Turbo y Necoclí, en el Urabá antioqueño, para cruzar hacia Panamá y llegar al tapón del Darién done el flujo migratorio ha aumentado de manera exponencial, panorama que podría agravarse si Panamá toma la decisión de cerrar su frontera con Colombia.
"Se ha incrementado en una forma increíble el número de migrantes. Al corte actual ya van más de 310.000, siendo récord comparativamente con cualquier año anterior", advirtió el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria.
El problema, según el mandatario departamental es que las capacidades de los municipios del Urabá antioqueño son insuficientes; la mayoría de migrantes duerme en las playas e incluso muchos de ellos se han quedado en condición de calle pues no cuentan con los recursos para continuar la travesía, por lo que por lo que pidió una vez más ayuda al Gobierno nacional y a la embajada de los Estados Unidos, especialmente por la situación legislativa que existe en el país norteamericano y que está motivando cada vez a los migrantes a arriesgar sus vidas para cruzar la frontera entre Colombia y panamá.
"La situación, hasta tanto no cambie el aspecto de regulación y normativo en Estados Unidos, va a seguir generando una atracción", señaló Gaviria.
Tanto la Gobernación de Antioquia, como el gobierno panameño están de acuerdo en la falta de apoyo internacional e insisten en la necesidad de buscar medidas para poder enfrentar un fenómeno que, con 8 meses corridos del 2023, ya superó la cifra de migrantes que intentaron cruzar el Darién durante el 2022.
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