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Álvaro de Jesús Toro Granados, alias ‘El Ruso’, era para las autoridades el líder de una estructura ligada a la Odín La Unión de Medellín, quien ubicaba colombianos y extranjeros en diferentes lugares del país para que hicieran las veces de correos humanos llevando alcaloides a Tarragona, España, donde finalmente la procesaban con la capacitación de colombianos.
“La cocaína la mezclaban para fabricar láminas de acrílico que luego adherían a los zapatos o a las maletas de doble fondo para precaver la acción de la autoridad y permitir el libre tránsito de la droga hacia mercados del exterior”, dijo el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez.
Pero lo que más sorprende, es que utilizaban un hogar del ICBF como sede para procesar la droga y usaban un perro para asegurarse que la coca pasaría los filtros de seguridad realizados por caninos en los aeropuertos.
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“Se operaban y se distribuían en una casa de una madre comunitaria del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar de Medellín, donde hicimos los allanamientos, hicimos las capturas correspondientes e incautamos parte del material que se utilizaba para estos efectos. Ya el ICBF fue notificado de esta circunstancia y se dispuso el cierre de esa casa comunitaria”, agregó Martínez.
Los siete capturados deberán responder por diferentes delitos como concierto para delinquir con fines de narcotráfico agravado, tráfico de estupefacientes.
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